viernes, 24 de junio de 2011

PRIMERA CAUSA DE MUERTES:


 
    Pues no señor, no es ni son los accidentes de coches en la carretera, y que van a menos; la mayor causa de mortandad, entre nosotros; tampoco lo es el que el número de fumadores vaya o no en aumento, pues no los disuaden ni las más espeluznantes fotos de cáncer u otras; tampoco lo es el temible cáncer en sus diversas manifestaciones o variantes; tampoco es la mayor causa de muerte, el sida, que si ha disminuido es gracias a la doctrina de la Iglesia Católica que está en contra de la promiscuidad, a favor de la castidad y la fidelidad, pues no es el sida la mayor causa de muertes, ni lo es la obesidad y gordura, de los que se comen lo suyo y lo que corresponde a otros, ni son los que no hacen deporte y los infartos los mandan a las chacaritas o a las plataneras (lugar donde estaba antes el cementerio de Las Palmas de Gran Canaria), que tampoco es la mayor causa de muerte las asesinadas por causa de verlas sus maridos en manos y camas de otros hombres, que tampoco -se está en una época propicia, para que el mar se cobre su ración diaria de muertes-, que por no saber nadar y meterse imprudentemente en el agua salada, no son de los que más mueren; tampoco los de los accidentes laborales, ¡y menos cuando ya casi nadie trabaja!, los que más muertos nos dan; que los de mayor causa de mortandad, no están en las epidemias, ni en otras enfermedades, tampoco en las manos de terroristas, sean de la Eta o de la otra, que si mira uno bien las esquelas, hay un detalle, que oculto- nos desvela el misterio: cuál es la cusa mayor de muerte (y que crece o va en aumento), y no me refiero a la mentira de decir del 98 % falso, que recibieron la bendición apostólica, pues de haber sido esto cierto, seguro estarían todavía vivos, que es falso también se confesaran y comulgaran antes, pues de haberlo hecho, no estarían en el recuadro negro de los periódicos, a los que a algunos ya les quitan la cruz, y el famoso RIP, que no es sino la abreviatura del descanse en paz latino; que digo, la primera causa o la mayor causa de mortandad -un servidor ya lo sabía-, porque durante doce años fui párroco de San Felipe, en Santa María de Guía de Gran Canaria, y cada sábado como en vísperas de fiestas de precepto, al ir a Misa, la feligresía me decía: “esta semana tres” o los que fueran, y que para no alarmar, en coches camuflados, los sacaban, para disimular, y luego nunca en la prensa te decían, cómo habían fallecidos, sino el consabido después de..., sí ¡cógelo Cuco!, después de..., después de arruinarse, después del paro, después de no tener qué comer, después de no poder pagar la hipoteca, etc., etc. la causa mayor de mortandad, es el suicido.
    Y así, son muchos, los que más, los que miden los puentes, -¡ya me entienden!- para no incentivar o estimular los emulen. Pero ya es grave, que la mayor tasa de muertos, sean la que producen los suicidios, que callados, se suman cada vez más al grupo de los fallecidos o difuntos; que lo normal es morir de muerte natural u otros motivos, pero privarse de la vida, y quitarse de en medio, y con creciente número de gente (o personas) joven, es algo que alarma y sorprende, y aunque no te lo digan, lo puedes averiguar, con el simple echar un vistazo a la edad -que no ya todos te la ponen-, pues es el dato que nos proporciona las esquelas, sin posibilidad de error alguno. Y, si esto es así -que lo es-, hay que preguntarse quiénes son los culpables, ¿de quién es la culpa?; y a esta pregunta no respondo, porque hay que ser muy tonto, para no saber la respuesta. Hay culpables de un genocidio, que aunque no directa y materialmente, sí que propicia, que padres se queden sin hijos, que hijos se queden sin padre, que familias queden rotas por muertes no deseadas y las peores de todas.
    El Padre Báez, que hoy les desvela un dato terrorístico, al cual nadie le ha “jincao” el diente; ¿a qué esperan para decirlo? Pues, ¡ya lo saben!

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