Tenemos que eliminar el fomento del monocultivo del
pino...
... tenemos que frenar y parar esa locura y disparate de
llenarlo todo de solo pinos, y para ello cuarenta años más de plantaciones de
pinos y a Veneguera 350.000.
Y la única y gran razón para ello, está en el daño que el monocultivo del solo y
todo de pinos, ocasiona al medio ambiente como al mismísimo tejido social.
Debemos y tenemos, pues, que luchar contra este monocultivo de pinos, y así
tendríamos que hacérselo saber al cabildo, al gobiernos, al Estado, a los 21
ajuntas y mientos, para que el miedoambiente pare ya con esa única y
constantemente plantación de solo pinos. Que ningún beneficio se sigue de este
monocultivo de plantar lo que hasta para colmo es una planta exótica, venida o
traída de fuera, como es el caso de los pinos gallegos, pinos canadienses y de
otros lugares que los han traído y siguen trayendo.
Y, repito, solo han
conseguido hacer un muy fuerte daño al ecosistema, pues los pinos: han secado la
tierra, y han extinguido toda otra vegetación (incluida la endémica, y lo
autóctono), y todo ello ha afectado a los pueblos e isla entera que los sufren o
padecen, de tal forma y manera que el conflicto de los pinos es viejo y lleva
más de medio siglo de lucha soterrada y callada, pero el pueblo en masa está en
contra de lo que no da nada, sino fuego, y quita toda posibilidad de ganadería y
agricultura. Nadie entiende ni acepta esta política estrambótica del cabildo,
cual si obedeciera a planes ocultos y de difícil comprensión. Pues, llevamos más
de medio siglo plantando solo este monocultivo de pinos, y esto ha supuesto el
vaciamiento del campo o la emigración del campesino a núcleos de población pasiva y de forma
masiva, convirtiéndonos en la isla en solo y toda una población solamente
urbana, carente de población campesina o rural, con lo que eso supone de pérdida
del patrimonio medioambiental, al igual que el de la biodiversidad, con los
problemas asociados a asuntos sociales, culturales, entre otros.
El Padre Báez, que piensa ya es hora de sacudirnos esta
dictadura del cabildo que nos impone solo pinos, para solo los resultados arriba
señalados, sin bien alguno. Por supuesto, el bien de esa política solo redunda
en la clase política cabildicia, que sí saca buenos réditos a costa de masacrar
al pueblo o campesinado, pues ¡claro que se benefician ellos de esa política de
solo pinos!, robando tierras al pastor y al agricultor, y empobreciendo hasta la
miseria y mendicidad a los que eran ricos y les sobraba de todo, cuando no
habían pinos en la isla, destruyendo el propio o mismo ambiente, y
desapareciendo la economía habida entonces. Motivos estos de sobra, para exigir
al cabildo, al gobierno, al ministro del ramo, que retiren ya ese proyecto de
solo pinos, y así recuperemos: el agua,
el trabajo, la salud, la subsistencia, la soberanía alimentaria..., en
definitiva: ¡la vida!
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Mis amigos, si una imagen, vale más que mil palabras,
contemplen la que les reenvío, gracias al buen hacer del joven fotógrafo Fco.
Javier Santana Ravelo:
Nótese mi amigable sonrisa
y saludo, después de haberlo hecho al presidente, cómo el gesto de Carmelito
Ramírez, es osco, duro, agresivo, violento, me falta, pues me está reprochando y
diciendo lo que no quiero reproducir para no manchar su dignidad, pero hay
testigos, entre los que manifiestan
sorpresa (la del mismo presidente y su acompañante) ante tal reprimenda de mal
gusto y falta de respeto a mi persona, que intento suavizarlo y tranquilizarlo y
no puedo; alguien intenta mediar (el
señor de la mano extendida y que no se le ve, que le dice): “¡lo que tienen que
hacer es crear puestos de trabajo!” Me tuve que retirar, sin entrarle al trapo,
de forma sumisa, humilde, sin contestarle (y venían de Misa).
A tal fin, recibo
este correo que les paso del amigo José S. C.:
Padre Báez Vd. no sabe quién
es Carmelo Ramírez. Una vergüenza para los canarios. En las redes hay unas
conversaciones telefónicas de él, con Santiago el de Telde con el Matacabras y
con el de Santa Lucía, ¡de vergüenza!
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“... ídolos...
hechura de manos humanas... no oyen...” (salmo 134). / “... teneos por muy dichosos cuando os veáis asediados...”
(St.1, 2-4). / “... ¿por qué me rechaza?...”
(salmo 87).
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