Mis amigos ante los pinos que se
secan...
... nada cabe hacer, sino esperar a verlos todos secos,
sin más; ¡es la única medida! Ya sabemos las razones y no las vamos a repetir.
No se trabaje en ello porque es tiempo y dinero perdido como cuando se los
plantan para esto (quieren llenar la isla plantándola durante cuarenta años más
y en Veneguera poner
350.000). Sobran equipos, sobran coordinadores, sobran ingenieros, sobran
“técnicos”, sobran medidas fitosanitarias, sobra gestión alguna al respecto,
sobran proyectos, etc., solo hace falta los dejen morir (¡en paz!).
Déjense de
majaderías como: identificarlos, hacer recuento, indicar perímetros, altura,
edad, localización, geología, etc.; déjense de signos, del proceso, de detalles,
de deterioro, etc.; déjense de un seguimiento y evolución, y otras
tonterías; déjense de estudios, de
laboratorios, de buscar causas, etc.,: déjense de controlar plagas, de la
eliminación de las mismas, de quemas de bolsas, etc.: déjense de medidas
biológicas y otras; déjense de limitaciones, de prohibiciones, de matar cabras,
etc. Que todo es mucho más fácil: es un proceso sin marcha atrás, no hay agua y
se secan, sin más. Tampoco busquen responsabilidad alguna fuera del cabildo, que
solo piensan en plantar pinos, plantar más pinos, y plantar solo
pinos.
El Padre Báez, que ante esta situación real de los
pinos, que se secan y mueren, simplemente le dice al cabildo los dejen para
otras latitudes, otras geografías, otros lugares fuera de la isla. Solo el fuego los salvaría momentáneamente,
si hay buen invierno, pero morirían después (no cabe la esperanza verde de los
pinos, sino el marrón de sus palos secos). Que miedoambiente se dedique a otra
cosa. Que dejen libres a las cabras; que no multen por todo y por nada, que los
pinos no hay que salvarlos, sino salvarnos nosotros de ellos, que el cabildo nos
proteja de los pinos (y no sigo, porque estoy ya cansado). Que vengo de
Teror...
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Mis amigos, disculpen lo reiterado de uno y otro tema,
que para no aburrir, sin cambiar de asunto busco no repetirme, ni plagiarme, y
así, uno más de entre los muchos correos recibidos sobre esta misma temática, la
de los miércoles (no compra nada hasta que el cabildo diga no va a matar las
cabras y a dejar de plantar 350.000 pinos en Veneguera):
“... Padre Báez, he ido al
Pino, a Teror, y por ser miércoles, no compré, ¡ni pan con chorizo! El agua la
llevé de mi casa. Marisol Godoy Martel, y mis amigos, tampoco compraron nada,
¡les convencí!...”
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“... aguarde...
como el centinela...” (salmo
129).
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